El Archelon es un género extinto de tortugas marinas que habitó los océanos durante el período Cretácico Superior, hace aproximadamente 75 millones de años. Es conocido por ser la tortuga marina más grande que haya existido, con una longitud que podía superar los 4 metros y un peso estimado de más de 2 toneladas.

Descubrimiento y Características

Los primeros fósiles de Archelon fueron descubiertos en Dakota del Sur, Estados Unidos, a finales del siglo XIX. Su estructura ósea sugiere que poseía un caparazón flexible, más parecido al de las tortugas laúd actuales que al de las tortugas con caparazones rígidos. Este diseño le permitía mayor movilidad y adaptación a las corrientes oceánicas.

Las patas delanteras de Archelon estaban altamente desarrolladas y funcionaban como aletas, lo que le otorgaba una gran eficiencia en la natación. Se estima que su dieta se basaba en moluscos, medusas y otros organismos marinos blandos, que capturaba con su pico fuerte y curvado.

Hábitat y Extinción

El hábitat de Archelon estaba en los antiguos mares interiores de América del Norte, específicamente en el Mar de Niobrara, que cubría gran parte de lo que hoy es el centro de Estados Unidos. Su gran tamaño probablemente le ayudaba a evitar depredadores marinos como los mosasaurios y plesiosaurios, aunque las crías debían enfrentarse a numerosos peligros.

La extinción de Archelon se atribuye a diversos factores, entre ellos el cambio climático, la desaparición de sus hábitats y la competencia con otras especies marinas. A medida que el nivel del mar descendió al final del Cretácico, el ecosistema cambió drásticamente, contribuyendo a la desaparición de esta majestuosa tortuga.

Legado y Relevancia Científica

Archelon es una pieza clave en el estudio de la evolución de las tortugas marinas. Su descubrimiento ha permitido a los paleontólogos comprender mejor la adaptación de estos reptiles al medio acuático y su relación con especies modernas como la tortuga laúd (Dermochelys coriacea).

A pesar de su extinción, el Archelon sigue fascinando a científicos y entusiastas de la paleontología, siendo un claro ejemplo de la increíble diversidad de la vida prehistórica en los océanos de la era de los dinosaurios.